OCÚPATE TÚ DE TODO…..
Qué fácil suena y que difícil poderle dejar a Dios que verdaderamente se ocupe de todo.
Qué fácil suena y que difícil poderle dejar a Dios que verdaderamente se ocupe de todo.
Hoy estuvo deli la caminata, casi todo plano (un par de subidas vomitivas) pero fuera de eso deli.
Al ser plano camine de volada y llegue antes de lo esperado. Así que toca caminar un poco alrededor del albergue para bañarme y salir a turistear.
Señor yo soy tu hijo amado, esto me ha permitido sentirte, conocerte, hablarte, escucharte y sobre todo quererte y buscarte.
Cuando empecé esta oración empecé repitiéndome una y otra vez “eres el hijo amado de Dios”, una y otra vez me los repetía y no escuchaba nada, no sentía nada hasta que pude abrir los ojos y dije, si no fuera el hijo amado de Dios, por que estoy aquí, por que estoy aquí buscándolo a él, buscándolo viendo paisajes increíbles, viendo a las personas, viendo tanto amor, por que estaría viviendo esto si no fuera por que soy el hijo amado de Dios. En ese momento todos mis sentidos, todos mis sentimientos, todo me dijo que soy un consentido de Dios. Ser su consentido implica tener la oportunidad de entregarte más, de tener la oportunidad de amar más, de ser más amado, pero sobre todo permitir que más personas se enamoren de el. Esto es de él, nosotros somos de él, para llegar a nuestra totalidad tenemos que caminar con él, solo así llegaremos a la verdadera felicidad. Para tener esa vida sincera y plena que queremos tenemos que escuchar su llamado.
Estos sentimientos nos los regalas por que te gusta consentirnos, te gusta que nos sintamos amados, te gusta que nos sintamos escuchados, te gusta que te hablemos, te gusta que te conozcamos y te gusta que te presentemos a los demás.
Él ya te esta pidiendo muchas cosas, pero no te esta pidiendo que renuncies a nada, que dejes nada, que tires nada, Dios te está pidiendo una cosa; que ames. Que ames se escucha muy fácil, pero es de las cosas más difíciles que te puede pedir, para simplemente amar con sinceridad lo necesitamos a él.
Así que yo que puedo hacer conmigo mismo, cómo puedo amar más, cómo me puedo preparar para amar de una manera más sincera, cómo puedo entregar más de mí, cómo puedo hacer la mejor versión de mí mismo.
Si de algo estoy seguro de este tiempo de oración es que quiero ayudar a crear una red. A seguir creando la red más grande que ha existido, a entregarnos a todos los demás para crearla. Quiero ayudar a crear una red verdadera y sincera de amor.
Después de sentir el amor del padre lo tienes que externar y compartir, de eso se trata, de dejarte marcar por ese amor y compartirlo con los que te rodean.
Alguien muy importante me dijo algo, tu reza para que puedas ver más a Dios en los ojos a los demás y reza para que los demás puedan ver más a Dios en los tuyos. De esa red es de la estoy hablando, de esa red de ojos que son amados por Dios. Que con solo vernos a los ojos podamos contagiar lo que somos, hijos amados.
Dios en su grandiosa perfección se valió de personas increíbles para ayudar a mi corazón imperfecto
Yo camino por Amor.
En esa palabra se resumen todos estos kilómetros, todas esas horas, todo ese sufrimiento, toda esa alegría, toda esa esperanza, toda esa desesperación, todas esas oraciones, todas esas misas, todas esas personas, todas esas intenciones y toda esa fé.
Últimamente una frase que me acompaña mucho en mis días es “Ocúpate Tú de todo” y de alguna forma siento que le doy chance a mi corazón de descansar, entregando todo a Jesús, haciéndolo parte de las cosas de mi vida. Poniendo mi 100 pero dejando a Jesús poner su 100…de eso se trata de hacer equipo, confiar y esperar.
“Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”.
Tengo que confesar que cuando me enteré que el Miércoles de Ceniza caía el mismo día que San Valentín sentí cierto rechazo. Rechazo, primero, por sentir que la Cuaresma había llegado demasiado pronto, que no estaba lista; y, segundo, por sentir que por el ayuno y la abstinencia que la Iglesia nos pide no iba a poder “festejar agusto” el día del amor y de la amistad…
Hasta hace pocos días El Espíritu Santo me iluminó y me dio un poco de su visión de qué podía haber en común entre un día donde se festeja tanto el amor y otro donde parece que todo se vuelve desierto. Te cuento un poco:
Quiero partir de esta frase, que ahora resulta que está de moda por La Sociedad de la Nieve y muchos ni en cuenta que viene del mismísimo Jesucristo:
“Nadie tiene amor más grande que quien da la vida por sus amigos” Jn 13, 15
Amor, amigos, Jesús, dar la vida… ¿vas viendo la relación de estas dos celebraciones? No hay amor más grande que irse al desierto, pasar 40 días sin comer, soportar las tentaciones y tantas cosas más que no sabemos que habrán pasado en la vida de nuestro gran amigo. Un amigo que no, no viene este día con chocolates y cartitas, pero que viene cargado de nueva vida; un amigo que no viene fisicamente a abrazarnos pero que nos lleva de la mano al desierto para hablarnos al corazón.
Y a lo mejor hay que ir un paso atrás y responder a un posible cuestionamiento… ¿Jesús como amigo? ¿Jesús como amado? Si tú todavía no estás con la certeza de que puedes nombrar a Jesús como amigo o amado, te invito a que ese sea uno de tus propósitos para esta Cuaresma: encontrar en Jesús ese amigo que da la vida por mí; encontrar en Jesús ese amado que me llama y me habla al corazón.
Y es que en Jesús podemos encontrar, o él nos invita a que lo reconozcamos, como todo lo que soñamos, y más, para tener en este 14 de febrero. Encontramos un confidente, un mejor amigo, encontramos quien nos haga reír, quien nos traiga regalos; incluso, para muchos, Jesús será su esposo, su amante, su amado.
En una publicación reciente de nuestro Instagram (@meditaciondeldia_) hablé un poco ya sobre esto, te comparto aquí un extracto y te invito a leerlo completo en nuestras redes.
Tengas o no pareja, tengas o no con quien ir a cenar e intercambiarse cartitas este Miércoles de Ceniza, te invito a poner la mirada al origen, a lo esencial del amor y donde surge todo otro amor.
Si abres la Biblia y ves la cantidad de veces que dice que Dios te ha elegido, que se muere de amor por ti; es para volverse loco de amor. Si volteas al cielo y ves tantos atardeceres, tantos regalos del cielo; es para volverse loco de amor. Si encuentras a tu alrededor tanta gente que Dios ha puesto a tu lado para hacerte sentir amado; es para volverse loco de amor.
Alguien que llegará hasta el final del amor, hasta el extremo, hasta donde ninguna pareja o ningún amigo han llegado por ti. Este amigo, este amado ya te ha visto, ya te ha elegido, y hoy te hace una invitación a que tú también lo escojas, a que tú también lo voltees a ver y reconozcas en Él la locura de amor más grande que ha existido.
Llevo tiempo reflexionado acerca del Reino de los Cielos, del Reino de Dios, el Reino de Cristo. ¿Es lo mismo?¿Es diferente? Hoy sigo en esa búsqueda de saber qué es ese lugar. ¿Estoy llamado a vivirlo en la tierra? ¿De qué manera lo puedo vivir en mi estado de vida? Son algunas preguntas que tengo y que poco a poco en mi oración voy respondiendo. Aquí te comparto mi primera reflexión.
Estuve encorvado por tanto tiempo y no subía la mirada para ver lo que Dios me quería dar. Qué fuerte fue darme cuenta de esto, lo escuché en la homilía de hace unas semanas, cuando el Padre, hablando de la mujer que por causa de un espíritu llevaba 18 años encorvada, viéndose el ombligo, simplemente viéndose a ella misma con una enfermedad que la fue persiguiendo todo ese tiempo. ¿Cuánto trabajo le costó volver la mirada a Cristo? Podríamos decir que no fue hasta que Jesús la llamó y la sanó. Fue en ese instante donde subió la mirada, lo vió y lo empezó a glorificar. Hoy la mujer ya se puede dar cuenta de todo lo que tiene Jesús preparado para ella.
Algo así me ha pasado a mí. Estuve encorvado por mucho tiempo, pero hoy dejé de ser referencia, dejé de solo verme al ombligo para voltear la mirada a Dios. Y desde ese momento me ha ido mostrando día con día lo que Él me quiere regalar/dar/entregar/: El Reino de los Cielos (suena canción de Ángeles y no azules).
Darme cuenta de esto, no fue de la noche a la mañana, ni por escuchar una sola homilía, pero hoy no me quiero enfocar en estos momentos de desolación, me quiero enfocar más en la consolación. Y si hoy estás pasando por aquellos momentos duros de corazón, que esto que he meditado te motive y te consuele así como a mí me ha ido ayudando.
Primero, no me queda duda que Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo quieren que estés pleno, que vivas el cielo en la tierra, por eso te dan y te piden que busques el Reino de los Cielos. Que este lugar, estado, o no sé como definirlo es algo inimaginable, donde la capacidad del hombre es rebasada por el amor inagotable de Cristo, que te da y te da más y no se cansa; es ahí, cómo dice la canción, “donde tu bondad me persigue.”
Después, leyendo las Bienaventuranzas me he encontrado con un tesoro de consolación donde en cada palabra del pasaje viene palabras que te dan alegría, palabras que te hacen saber que estás llamado a tenerlas, como: consolación, herencia, saciedad, pertenencia al Reino de los Cielos, alegría, regocijo y mucha recompensa. ¡Más claro ni el agua! Porque no son palabras que están en vano, sino que son una realidad en nuestra vida. Nos toca ponernos en acción y vivir de acuerdo a estos principios. Cfr. Mt 5, 1-12 (Las Bienaventuranzas).
Así seguí a la semana siguiente, meditando hasta encontrarme ahora con una confirmación “Te pertenece el Reino de los Cielos”. Fue en la parábola del grano de mostaza que sembró una semilla tan pequeña que se convierte en un gran árbol, donde vienen las aves del cielo y hacen nido en sus ramas. Creeámosolo que eso es el Reino, es como ese grano de mostaza, que se sembró, creció y hoy hay mucho más de lo que pudiste imaginar, dice ahí que todos los pájaros están reposando, gracias a que tu diste tu semilla. (Cfr. Mt 13, 31 – 33 (Parábola del grano de mostaza)).
Una actitud de dar mi nada para recibir TODO.
“Cuando Dios da, hasta la canasta pone.” Esta frase la escuché en un podcast que se los recomiendo mucho de un empresario católico que busca crear empresas con sentido social, y me hace mucho sentido con algo que mi novia me dice: “Alex, cuando pides con expectativas altas, se te dará eso y más”. Dicho esto, todos los días pidamos el Reino en la tierra, hoy sabemos que nos pertenece ahora nos toca aprender a recibirlo.
¡Venga tu Reino!
Muchas veces tendemos a ver nuestra vida como un episodio, en lugar de una serie completa. Esperamos que la trama, retos y dificultades se resuelvan en el mismo capítulo, pero ¿qué gran historia se cuenta en 40 min? Sin duda no las merecedoras del Oscar.
Cuando Dios nos “insiste” en una cosa, una luz, una idea, una verdad, lo mejor es parar y hacerle caso y gustar de esta idea que Dios nos quiere mostrar. Me he dado cuenta que lo más importante cuando tengo estos momentos es no dejar que pasen como cualquier otra cosa en mi vida.