Dios es una leyenda, sus promesas, su amor, y sus sacrificios son pura leyenda. Esa fue la mentira que decidí creer por mucho tiempo….
Dios es una leyenda de esas que jamás pasan y no existen. Estos eran mis pensamientos hace unos años al ver que Dios no me daba lo que le pedía.
Todo eso que decían de Dios era mentira, cosas que las personas inventan. En esos momentos estaba pasando por una etapa de enojo y coraje en contra El.
Dios sabía que me estaba alejando de Él, sin embargo tenía un plan perfecto para mi.
Me ha regalado una familia que me ha enseñado de Él y su gran amor. Sin previo aviso llegó el día en que todo lo que me habían enseñado sobre el amor de Dios dejó de ser cierto, todo lo que había escuchado y vivido de su mano se convirtió en algo del pasado, en un recuerdo.
Dios perfectamente sabía que con el tiempo empezaría a llenar los huecos de mi corazón con cosas paganas, cayendo en mentiras y sobre todo alejándome más y más de su amor. Le hice daño, fui como uno de esos que le escupió el día que dio la vida por nosotros. Le grite y le reclame por todo lo que estaba pasando en mi vida, caí y creí que su amor no era verdad. Caí en la mentira de que ese Dios del que tanto me hablaban y enseñaban era una leyenda, y es que cada vez sentía que el amor me fallaba más y más. El desamor, falsas amistades, amores no correspondidos todo esto estaba presente, así que empecé a darme cuenta que ese amor del que tanto me decían no existía.
Sentía que era una farsa. Cuando vi que el amor de las personas que más admiraba se iba terminando de formas inexplicables el dolor llegó y fue inevitable sentir soledad y tristeza. Fue ahí cuando caí en la mentira de sentir que el amor de Dios no estaba ni era para mi. Sentí que Dios no existía y que perdía mi tiempo con alguien que no iba a ayudarme. Me sentía vacío y estaba seguro que ese vacío Dios no lo podría llenar….
Busqué y llené mi vida de cosas pasajeras, llenas de mentiras. Buscaba constantemente lo que me hacía mal para llenar los huecos de mi corazón. Pero sólo sentía más vacío. Me aleje de Dios por odio y rencor por todo lo que estaba sucediendo en mi vida, caí en la mentira de que era más fácil estar lejos de Dios que cerca de Él.
Hasta que un día se cayó la venda de mis ojos, me di cuenta que Dios nunca se fue, siempre me cuidó , siempre estuvo, aún cuando yo le daba la espalda y le fallaba tanto. Estuvo cada segundo a mi lado pero no lo dejaba entrar a mi corazón ni a mi vida, no era suficientemente inteligente para ver lo grandioso que es. Y Dios en su gran amor espero por mi y mi corazón pacientemente hasta que le abriera la puerta de mi corazón. Me di cuenta que ese vacío tenía que ser llenado por el amor de Dios. Sabía que necesitaba comenzar a ordenar mi vida. Empecé a ver la manera en que pudiera arreglar mi vida pero el pecado me seguía con gran velocidad. Comencé a pedir señales a Dios porque sentía que ya había forma de acercarme a Él.
Dios en su grandiosa perfección se valió de personas increíbles para ayudar a mi corazón imperfecto. Dios sabía que me alejaría por mi debilidad y por no saber controlar mi vida ante tantas situaciones, me sentía abrumado. Necesitaba ver el camino incorrecto de la vida para ver lo amoroso, compasivo y perfecto que Dios es. Pero sobre todo para ver que el camino de su mano siempre hace que todo mejore, que lo difícil y doloroso se vuelva llevadero.
A pesar de mis errores y malas decisiones dio su vida por mi, por amor.
En mi impaciencia y falta de compresión me aleje y lastime a quien más me ama. Cuando El solo me repetía: “ Ten fe y espera a que cosas buenas sucedan”.
No quise escucharlo, preferí escuchar mentiras y resguardarme en mis heridas, había perdido mis oídos espirituales….
Pero un buen día esas mentiras y esas heridas sanaron, tomaron otro rumbo, porque Dios no se cansó de buscarme y yo por fin me dejé abrazar por Él y su amor lleno de misericordia. Cada día que pasa me asombró y enamoró más de Dios porque es impresionante la forma en la que se vale de otras personas para salir a nuestro encuentro cuando más lo necesitamos. Y es que la gracia no viene de las personas sino de Dios que siempre está pendiente de nuestro corazón y nuestras necesidades, como el padre bueno y amoroso que es. Quería volver a acercarme, lo pedí muchas veces en mi oración, lloraba porque sentía que se había ido de mi vida, cansado por mis faltas sin embargo nunca se fue, siempre estuvo, siempre ha estado, solo que no podía verlo. Muchos creen que busco a Dios porque soy bueno o porque me siento mejor que ellos pero la realidad es que lo busco tanto porque soy muy débil y uno de los mayores pecadores y sin Él y sin su amor no puedo nada. No lo busco por que yo sea bueno, lo busco porque Dios es muy bueno conmigo a pesar de las ofensas que le he llegado hacer.
Sin El nada y con El todo….
Quiero ser alguien mejor cada día, buscar estar cerca de Dios, encontrar esa motivación para ser mejor como persona. Que mi motivación siempre sea el gran amor de Dios.
Señor ayúdame a ser esa persona que empuje almas hacia ti y ayude a las personas a sacar su mejor versión. Quiero ser ese instrumento que pueda reflejar tu amor. Quiero ser alguien que con su testimonio acerque a la gente a ti. Por eso quiero dejar el miedo al qué dirán y a lo que puedan llegar a pensar, de tu mano sé que puedo ayudar a las personas, ser un puente entre Tu y los demás. El camino no es sencillo sin embargo de tu mano todo es posible.
No tengan miedo a ser un representante del amor de Dios porque recuerden que entre más verdades digamos de Dios, más mentiras dirán de nosotros. Así que no importa lo que la gente invente o diga sobre nosotros No tengas miedo porque más grande es el que está contigo. Yo lo busco porque Él me buscó y amo primero.
-Alberto García Richaud