Muchas veces me han hecho esta pregunta: ¿Por qué estás haciendo el Camino? ¿Por qué se te ocurrió? ¿A qué vas?
Y siempre contesté con la respuesta rápida; por que puedo, porque quiero tener más tiempo con Dios y conmigo. Pero esa no es toda la respuesta.
Muchas personas caminan por distintas razones, ya sea por el reto físico, por turismo, por la aventura, por temas de reflexión o lo que sea.
¿Yo?
Yo camino por: Charlie, por mi familia, por mis amigos, por mis angelitos, por mis luces, por Effetá, por Search, por el Regnum Christi, por mi equipo, por las vocaciones, por los Legionarios, por el Papa, camino por ti y camino por mí. Camino por todas esas personas que tienen un lugar en mi corazón.
Pero la verdad, esa respuesta deja mucho que desear.
Yo camino por Amor.
En esa palabra se resumen todos estos kilómetros, todas esas horas, todo ese sufrimiento, toda esa alegría, toda esa esperanza, toda esa desesperación, todas esas oraciones, todas esas misas, todas esas personas, todas esas intenciones y toda esa fé.
1 Juan 4:8 “El que no ama, no ha conocido a Dios; por que Dios es amor”
Así que sí, yo camino por amor. Yo camino porque lo amo y porque Él me ama. Sé que soy su hijo amado, y que durante mucho tiempo me alejé de él, pero como el padre misericordioso que es, recibió a este hijo pródigo con los brazos abiertos.
Yo camino por todas esas personas, porque las amo, porque amo a los que me crucé en el camino, me amo a mi, amo mi fé. Amo que yo puse las piernas y Dios dio los pasos, que yo puse la boca y Dios las palabras, amo que yo puse el corazón, y Dios entró en él.
Amo que yo seguí las flechas hacia Santiago, pero Dios me lleva en este camino.
Yo camino por amor, porque no hay otra razón por la cual hacerlo.